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25 febrero 2008

Nikolái Vasílievich Gógol

El personaje
Nikolai Vasilievich Gogol; Sorochintsi, actual Ucrania, 1809-Moscú, 1852
Escritor ucraniano en lengua rusa. Hijo de un pequeño terrateniente, a los diecinueve años se trasladó a San Petersburgo para intentar, sin éxito, labrarse un futuro como burócrata de la administración zarista. En 1831 se incorporó como profesor de historia a la universidad, donde conocería a Pushkin. De su colaboración regular con distintas publicaciones nacieron las Veladas en la finca de Dikanka (1831-1832), que constituyeron un enorme éxito y lo llevaron, en 1835, a abandonar la universidad para centrarse definitivamente en la literatura.
Ese mismo año publicó Mirgorod y Arabescos, que suponían su paso al realismo crítico. Mirgorod es una continuación de las Veladas y contiene cuatro relatos, entre ellos el poema épico Taras Bulba.
En 1836 publicó la comedia El inspector, una sátira de la corrupción de la burocracia que obligó al escritor a abandonar temporalmente el país. Instalado en Roma, en 1842 escribió buena parte de su obra más importante, Almas muertas, donde describía sarcásticamente la Rusia feudal. También en ese año publicó El abrigo, obra que ejercería una enorme influencia en la literatura rusa. Después de una corta estancia en Moscú, y de regreso en Roma, empezó a escribir la segunda parte de Almas muertas.
Sus obras
El capote (relato corto)
La feria de Soróchinetz
La nariz
El inspector
Tarás Bulba
Las almas muertas
Las veladas de Dikanka
Diario de un loco
La nueva era
En el siguiente enlace se puede leer el relato "La nariz"
http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/rus/gogol/nariz.htm

2 comentarios:

validiez dijo...

Ha sido mi primera toma de contacto con el Señor Gógol y sinceramente no creo que nos frecuentemos mucho mutuamente. Dicen que su literatura es de un singular talento, que es la cumbre del humor, un ejemplo máximo de la risa frente al mundo. Me parece bien su concepción universal de la risa, consigue fundir lo real con lo fantástico, puedo leerlo como curiosidad pero no es una literatura que yo me lleve a casa. La Nariz tiene un móvil alocado y divertido, pero de un leer grotesco, del más absoluto absurdo. Sin embargo El Capote me ha gustado más, tiene muchas lecturas. Demuestra que se puede sentir una enorme pasión, encontrar la avidez, esa fiebre magnifica de anhelar algo. Un apasionamiento necesario en toda alma, es la metáfora del deseo. Buena suerte, Nikolái

Rafael dijo...

Comparto tu opinión sobre el Sr. Gógol. Todo en este relato es grotesco, pero ¿acaso no es eso lo que pretende?. Así es la literatura de lo absurdo.
Todos los que lo han leido buscan como acabar el relato. ¡¡ No busquen, es absurdo !!